A veces me gustaría poder volver a ese preciso instante. Es decir, que ahora fuera 19 de julio del año pasado, sobre las ocho de la mañana y sin todavía poder creernos dónde estábamos. Sin poder concebir que todo lo que conocíamos estaba a miles de kilómetros. Tan lejos que ni siquiera parecía que de verdad habíamos dicho adiós. Lo único factible, lo único que podíamos pensar, era que simplemente se había abierto un parón en nuestras vidas. Ahora aquí, al día siguiente allí. Así de fácil, sin más complicaciones.
Es increíble, ¿verdad? Al menos a mí me lo parece.
¿Y ahora qué?
Pues ni yo misma lo sé. Si no, no daría lo que fuera por volver a esa mañana. Aunque pensándolo bien, a mi nunca me ha gustado eso de volver al pasado. Adoro el futuro y por eso me centraré en él. Y volveré, ya lo creo que volveré, pero no al 19 de julio del año pasado. No, no, volveré un día que todavía está por venir.
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